Aquí, la fenomenal historia del polémico y reconocido Zack Snyder y de Antonio Monroi, jóvenes que colisionaron talentos y admiraciones durante la filmación de un comercial de frituras, ambientado en una pirámide maya


Aquí, la fenomenal historia del polémico y reconocido Zack Snyder y de Antonio Monori, jóvenes que colisionaron talentos y admiraciones durante la filmación de un comercial de frituras, ambientado en una pirámide maya

Antonio Monroi, el actor mexicano que en su juventud quedó atónito con el talento del ahora hiper famoso Zack Snyder, durante la filmación de un comercial millonario de botanas en una zona arqueológica maya.

En este reportaje también se cuenta la historia del mexicano Guillermo Navarro, quien después ganaría un Oscar por la fotografía de El Laberitno del Fauno.

El famoso y reconocido realizador de Hollywood, Zack Snyder, se salió con la suya y dobló al poderoso estudio de cine Warner Brothers, logrando refilmar y estrenar, el 18 de marzo pasado, a través de la Plataforma de Streaming HBO Max y con un éxito descomunal y planetario, su visión de cuatro horas de La Liga de la Justicia, después de la brutal presión ejercida por sus fanáticos seguidores en las redes sociales, a través del Hashtag: #ReleaseTheSnyderCut. El triunfo llega después de la fallida versión de La Liga de la Justicia del 2017, inicialmente dirigida por él y abandonada a medio rodaje, debido al lamentable suicidio de su hija Autumn, y mal supervisada, y peor guionizada por el ahora real villano del cine Joss Whedon. La evidencia del triunfo de la versión de Snyder, mejor conocida como SnyderCut, o el corte del director, además de la rotunda aceptación de sus incondicionales, radica en que la percepción del gran público dictamina, que la nueva versión de Snyder, rebasa con mucho a Marvel, hasta ahora, su imbatible enemigo, en el campo de las enajenantes y multimillonarias películas de superhéroes. Así las cosas, la “SnyderCut” es la mejor película del DC Universe, rebasando, de momento, a Los Avengers.

 En ese tumultuario contexto contemporáneo, es menester recordar un episodio del pasado en la vida creativa de Snyder que aquí se narra. El virtuoso encuentro de dos jóvenes talentosos; el realizador Zack Snyder y el actor Antonio Monroi, en una pirámide maya, durante la filmación de un multimillonario comercial de botanas en Copán, Honduras. El momento crucial del inicio de dos carreras en el mundo del cine, y del arte en general, que detonarán de maneras muy distintas, pero, tremendamente fructíferas ambas.

Descansando, aún con el vestuario puesto, después de un intenso día de rodaje. A la izquierda de Antonio Monroi, la asistente de dirección de Zack Snyder

“La soberbia es la humildad suprema” Antonio Monroi

La historia de este reportaje se remonta a los años 1993 y 1994, cuando sorprendentemente, confluyeron las incipientes carreras profesionales y los talentos del ahora consumado realizador de Hollywood, Zack Snyder, envuelto en una feroz polémica, que tanto para tirios y troyanos, lo hace gozar de un reconocimiento descomunal por los impecables y alucinantes universos fílmicos que ha creado para once largometrajes, y la de un actor mexicano que desde sus inicios y hasta hoy, ha derrochado profesionalismo y entrega en cada una de las, aproximadamente 42 películas, en las que ha participado alrededor del mundo, dando vida a personajes autóctonos y duros, y prestado su poderosa y grave voz para repuntar y acentuar la historia y los mensajes de al menos 10 cintas.

Zack Snyder y Antonio Monroi impactaron sus carreras, su profesionalismo, afecto y admiración, cuando ambos eran jóvenes. Se conocieron en la zona arqueológica maya de Copán en Honduras, cuando Zack Snyder tenía 27 años, se dedicaba con mucha fortuna y reconocimiento a la filmación de videos musicales y comerciales para televisión, y ya era considerado uno de los mejores directores de anuncios para poderosas marcas en los Estados Unidos. Antonio Monroi recién había debutado en teatro y debutaría entonces, también, y de la mano de Snyder, en el fastuoso mundo de la publicidad.

Para la época a la que nos referimos, Snyder ya contaba con un premio Clío, algo así como el Oscar a la publicidad, y años después ganaría otro, además de un León de Oro de Cannes, también por sus merecimientos en el mundo de los comerciales. Entonces ya no había duda de que el trabajo publicitario de Zack era tan evocador y eficiente, como lo serían sus películas, ya fuera filmando un anuncio de un automóvil épico para Land Rover en Túnez, capturando la esencia emocional de un personaje con Robert De Niro o dirigiendo un spot humorístico de la cerveza Budweiser en el corazón de Estados Unidos. El trabajo de Snyder era, y sigue siendo, la definición exacta de una poderosa narración visual, en ese tiempo, al servicio de las grandes corporaciones. Por eso no fue extraño para nadie, que se lanzara a la aventura creativa de filmar en Centroamérica, un comercial para el multimillonario conglomerado productor de botanas Frito Lay, ambientado en la cultura maya.

Desde muchos años antes, en Estados Unidos, ya era una tradición mercadológica, invertir millones de dólares en un comercial televisivo para incentivar la venta de un producto tan emblemático, y tan prescindible, de la sociedad de consumo, como unas papitas. Hoy, como en décadas anteriores, la creación de conceptos publicitarios, devenidos en avasalladores comerciales de televisión, y su transmisión durante masivos eventos deportivos, se ha incrementado exponencialmente. La costumbre de que los «spots publicitarios», patrocinadores reales de la supuesta televisión gratuita, son tan importantes como los eventos mismos, es hoy mas fuerte que nunca.      

La variedad de productos de la compañia Frito Lay que lidera el mercado de las botanas en Estados Unidos y en el mundo

Faltaban entonces, al menos 10 años para que Snyder filmara su opera prima El Amanecer de los Muertos (Dawn of the Dead / EUA 2004), una de las películas de zombies que aun hoy sobresalen en ese género tan explotado, logrando un excelente remake del clásico dirigido por George A. Romero en 1978. Aceptada por la crítica, y por el gran público, El Amanecer de los Muertos versión Snyder, fue nominada en 2004, al prestigioso premio Cámara de Oro, (Camera d’Or) que se otorga a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Cine de Cannes. La atención al detalle y su dedicación a aportar una estética de las bellas artes a la realización cinematográfica habían ya convertido a Zack Snyder en un maestro de su oficio.

Antonio Monroi tenía cuarenta años, unos deseos fervientes de triunfar en el mundo del cine, su voz grave y una apariencia que, entonces le otorgó un papel en el proyecto en el que confluyó con Snyder. Para el actor mexicano era su primera participación en el rodaje de un comercial internacional.  Venía de vivir su también primera experiencia histriónica en la puesta en escena, basada en Tirano Banderas. Novela de tierra caliente de Ramón María del Valle-Inclán, editada en 1926, obra en la que es patente la huella del todavía reciente viaje al México revolucionario del escritor español. La medianamente exitosa temporada de la obra teatral Tirano Banderas en México había terminado, siendo dirigida por el actor Ignacio López Tarso, quien insistía en que el solo era el coordinador de la puesta en escena. Nunca quiso asumir el rango de Director de Teatro.

Memorioso, Antonio Monroi, relata que fue la reconocida directora de casting Claudia Becker, quien le informó de la posibilidad de participar un “comercial de alto presupuesto para Estados Unidos”. También rememora que grabó un video que enviaron a Los Ángeles, California, y que fue el mismísimo Zack Snyder el que lo seleccionó para interpretar el papel de un sumo sacerdote maya. Presuroso tramitó su pasaporte y viajó por avión a Tegucigalpa, la capital de Honduras y después, vía terrestre, recorrió los 392 kilómetros que lo separaban de las ruinas mayas de Copán.

Una mañana, expectante y emocionado, Antonio Monroi llegó a la carpa de vestuario y de maquillaje de la impresionante y costosa producción. Todo era nuevo para él. Sabía además, que en cualquier momento conocería el director del comercial. El joven actor veía su reflejo en el espejo mientras lo maquillaban. Lucía sereno, pero estaba tenso. Zack Snyder apareció justo en el momento en el que maquillaban al actor mexicano. Monroi tragó saliva. Esperaba reunirse con un ogro de la dirección de comerciales, con un carácter explosivo y equidistante al genio y el talento que le precedían. En vez de eso, descubrió a un joven de 27 de años, poseedor de un trato amable, hasta terso, que lo saludó y le sonrió afectuosamente. Ahí mismo le hizo comentarios muy generales sobre su personaje como un jerarca maya y los detalles del rodaje que duro, cuatro extasiantes días. En ese momento, Antonio Monroi, no podía adivinar el fascinante y controvertido futuro del realizador con el que estaba trabajando, tampoco podía adivinar el suyo propio.

La trama del comercial, gira en torno al aburrimiento de una reina maya, cuyo trono de oro, cuajado de joyas preciosas, está situado en la cima de una pirámide. Pese a su fáustica condición y a las comodidades y privilegios de su corte, la soberana está agobiada por el tedio. El sacerdote mayor, interpretado por Antonio Monroi, y los demás súbditos, se desviven por acabar con el enfado de la noble indígena, subiendo y bajando los cientos de pequeños escalones de la pirámide con diversas viandas y golosinas. Ella los desprecia con graciosos mohínes. Nada abate el hastío de la reina, hasta que su agotado séquito, aparece con una bolsa de botanas del conglomerado Frito Lay. Entonces, la soberana sonríe de satisfacción y toda la corte maya, descubre, consume, disfruta, y festeja enloquecida, la existencia de las frituras Frito Lay. Fin de la gracejada.

¿De dónde surgió la idea? Antonio Monroi recuerda que una poderosa agencia de publicidad, la responsable de las campañas de las frituras Frito Lay, le encargó la manufactura del comercial a Snyder. El, admirador de la cultura maya, decidió que ese fuera el tema sobre el que girara el anuncio debido a que había hecho un reciente viaje familiar a Cancún y a la Riviera Maya, donde también visito la impesionante zona arquelógica de Chichén Itzá. Además de que la impactante civilización maya, declaraba a voz abierta Zack, estaba siempre en el inconsciente cultural de los estadounidenses. ¿Por qué fue filmado el comercial en Copán? Los trámites para los permisos eran más sencillos, las autoridades más laxas y el costo de los permisos, mucho más bajo. Pragmatismo puro.

Las ruinas mayas de Copán, Honduras

Al actor mexicano Antonio Monroi le sorprendió la acuciosidad y la escrupulosa atención en los detalles de la producción del comercial dirigido y vigilado hasta la saciedad por Zack Snyder “a quien se le veía gozoso, se le notaba un placer inmenso, resolvía muy rápido las incidencias del rodaje. Talentoso y muy comprometido con su trabajo” recuerda el actor mexicano.

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Guiillermo del Toro, director de cine y su director de fotografía y paisano, Guillermo Navarro

La dirección de fotografía, corrió a cargo del, también mexicano, Guillermo Navarro. Los resultados de su concepto estético, fueron excelentes.  Para el año de la filmación del comercial, el fotógrafo ya había liderado seis películas mexicanas, y algo todavía mas importante, había iniciado su relación profesional y artística con Guillermo del Toro, fotografiando La Invención de Cronos (México 1992). Doce años después y 15 importantes películas más, incluidas dos dirigidas por Quentin Tarantino, entre ellas Del Crepúsuculo al Amanecer (From Dusk Till Dawn / EUA 1996), Guillermo Navarro, ganaría el Oscar a Mejor Fotografía por El Laberinto del Fauno (Dir. Guillermo del Toro, México/España 2006). Guillermo Navarro, nacido en la Ciudad de México en 1955, junto con el el realizador Luis Mandoki, representan, a mediados de los ochentas, la primera oleada de mexicanos, deseosos de conquistar Hollywood, y asi alejarse de la depauperada y carente de oportunidades reales, industria del cine en México. La diáspora de directores de cine mexicanos rumbo a Hollywood tiene sus origenes en la amarga consicencia de un grupo de talentosos y avispados realizadores en ciernes, que descubren que en México nunca lograran vencer la despesperante y corrupta burocracia en torno al cine y las estúpidas grillas, politiquerías baratas y eternas descalificaciones que imperan en el medio cinematográfico. Descubren también que en la producción privada de películas, tampoco tienen alguna oportunidad. Las compañías de cine que filman con recursos propios, están en una crisis brutal, debido a su reiterada y contumaz convicción de seguir matando al cine, filmando películas que insisten en ofender la inteligencia del público de la clase media urbana en México.  Desde la década de los setentas, el espectador mexicano resiente que el cine no refleja su sociedad, ni su realidad. Los productores de cine de la iniciativa privada, filman patéticas películas pseudo sexosas, en realidad onanistas, con tramas oligofrénicas y una pésima factura cinematográfica. El Horror Verdadero.

En el comercial también participaron la actriz estadounidense María Cina, como la soberana maya, y los actores mexicanos Rafael Cortés, Damián Delgado y Fernando Navarro. También fueron contratados 300 extras hondureños, con rasgos indígenas.

A partir de este complejo rodaje, Antonio Monroi supo distinguir de un anuncio publicitario de mucho presupuesto y gran aliento, realizado por alguien con talento de sobra, de producciones menos afortunadas. El rodaje de este comercial de televisión, por insulso que fuera el mensaje, se convirtió en el canon a lograra siempre, del resto de sus participaciones en la publicidad

Paradójicamente, Antonio Monroi nunca vio el comercial, que tuvo un éxito descomunal en Estados Unidos. Amigos y colegas del actor, vieron el comercial en aviones y en la televisión de Estados Unidos. Entonces lo felicitaron calurosamente. Hoy no queda ningún vestigio audiovisual del mensaje publicitario, no siquiera en YouTube, esa perturbadora, y a la vez virtuosa, Arca de Noé de imágenes de la Humanidad. Aún así Youtube, está plagado de comerciales de la época que evidencian, el estilo de la publicidad auspiciado por Frito Lay, que se hacía en la época y la percepción de “la casa que se echaba por la ventana” en materia de publicidad que invertía el conglomerado productor de frituras.        

El concepto de la publicidad que monopólicamente utiliza el recurso de lo exótico, de la otredad. Filmar comerciales parodiando el “american way of life” y contrastándolo / incrustándolo en una sociedad milenaria, sabia, compleja y con una profunda concepción artística, entonces estaba bien y dependía de la forma en que se abordaba la cultura maya. Otra consideración: ¿meterse con la cultura maya así nada más, con una civilización que descubrió el concepto del cero absoluto y de la astronomía? Pese al infaltable e inevitable choque cultural, que da como resultado la bastardización y tergiversación de la civilización maya, vista y utilizada por un realizador estadounidense para un subproducto cultural y de consumo, como es un comercial de frituras, el actor Antonio Monroi asegura que nada de lo anterior sucedió. Recuerda la preocupación de Snyder de no ofender o distorsionar, como si eso fuera posible desde el planteamiento de origen. 

Sin duda, al paso de los siglos, cuando se revise escrupulosamente la Historia de la Humanidad, seguro una fuente de información cultural, será a través de los spots publicitarios, mensajes concisos breves, cargados de símbolos y significados de la actividad del ser humano de la época y compendios de la preeminencia del voraz consumismo, pero también un rico muestrario de los sentimientos y aspiraciones del conglomerado humano. Fragmentos de las costumbres de su época, en los que se invirtieron millones de dólares y trillones de neuronas, luchando por logara la creatividad y persiguiendo la captura de la esencia de la humanidad. También se evidenciará, seguro, la preeminencia cultural e ideológica del que domina y el sojuzgado.

La relación profesional ente Snyder y Monroi fue de admiración mutua, pese a los casi 13 años de diferencia de edad, que existían entre ellos. Del nerviosismo y el descubrimiento iniciales, pasaron a la franca colaboración y muy poco después a la camaradería. Zack Snyder quedó muy satisfecho con el desempeño histriónico de Antonio Monroi y le prometió que lo convocaría para trabajar de nuevo. Snyder cumplió su palabra. Pocos años después, ya con más experiencia en el cine, el teatro y en publicidad, Antonio Monroi fue llamado para el casting de un comercial de alto presupuesto de Estados Unidos para la cerveza Budweiser, que sería dirigido por Snyder, desgraciadamente Monroi no pudo trabajar con él, por otro compromiso, previamente adquirido, para trabajar en un documental para la televisora inglesa BBC. Snyder, a través de una agencia de casting en México, presionó hasta donde pudo, para que el actor mexicano aceptara romper el compromiso con la cadena británica. Monroi recibió decenas de llamadas. Incluso le informaron que tenía «carta abierta» para cobrar lo que quisiera. Su mística de trabajo, profesionalismo y lealtad, impidieron a Monroi acepatr la ventajosa propuesta. Otro actor mexicano, la segunda opción de Snyder, aceptó. De haber cedido, Antonio Monroi hubiera destruido el estricto plan de rodaje del documental de la BBC.       

Al paso de casi 30 años, la carrera cinematográfica de Antonio Monroi ha sido fructífera. Ha participado en más de cuarenta películas alrededor del mundo, entre las que destacan Inhala ( Blow, Ted Demme EUA 2001), Blueberry (Jan Kounen, GB/Francia 2004), Apocalypto (Mel Gibson, EUA 2006), Cinco de Mayo: La batalla (Rafael Lara, México 2013), Cuilli & Macuilli, los hijos del Jaguar (Arturo Sánchez Del Villar, México 2019) y en decenas de series de televisión. Nueve largometrajes, donde participa, están por estrenarse.

La carrera de Zack Snyder es impresionante en el marco de las mega producciones de Holywood con una distribución planetaria y miles de millones de dólares en ingresos. Además de su Ópera Prima, consignada antes en este reportaje, el realizador ha dirigido diez películas, dos están por estrenarse. Destacan 300 ( 2006), Watchmen, los vigilantes (2009), El hombre de acero (Man of Steel 2013), y Batman vs. Superman: El origen de la justicia (2016). Pero el realizador Zack Snyder está ahora en el ojo del huracán, situado en medio de una polémica. Su vida profesional oscila entre los millones de seguidores que lo apoyan y otros tantos integrantes del público que rechazan vehementemente la visión que tiene sobre el universo de Batman. Todo este maremágnum tiene que ver con una generación para la que la visión en torno al universo en el que se desenvuelve el Caballero de la Noche es una cuestión de vida o muerte. Aunque Snyder fue reconocido por la Hollywood Critics Association (Asociación de Críticos de Hollywood) con el Premio Valiant, el primero en su tipo, padece de un intenso fuego, avivado por los que rechazan sus concepciones fílmicas.   

Parte de la filmografía de Zack Snyder
Zack snyder dirigiendo su versión de La Liga de la Justicia

El realizador tuvo uno de los momentos más trágicos de su carrera cuando en marzo de 2017 su hija Autumn se quitó la vida. Debido al proceso de duelo el director ya no pudo continuar trabajando en Liga de la Justicia y dejó el proyecto. Warner Brothers puso en su lugar a Joss Whedon, la cinta fue un fracaso en todos los niveles y dio pie a la campaña en redes sociales #ReleaseTheSnyderCut (liberen el corte de Snyder), que dio resultado.

El anuncio de que La Liga de la Justicia de Zack Snyder vería la luz no fue motivo de alegría para todos, en mayo de 2020 cuando se anunció el proyecto, un artículo de Collider dijo que se trataba de un reconocimiento a los fans tóxicos que sólo hacían bullying en redes sociales. En una reciente entrevista con Cinemablend, Snyder defendió a sus seguidores de esas acusaciones: “¿Cómo es eso de un fandom tóxico? Ellos probablemente han logrado más que cualquier otro grupo de fans y han hecho más bien que cualquier otro grupo. Entonces, no lo entiendo”

Lo que resulta innegable es que Zack Snyder, además de estar situado en el centro de la polémica, también se halla en la cima de las noticias que surgen del Hollywood más comercial y rentable.

Aquí les dejamos un Video Documental donde sucintamente se explica el funcionamiento de la Compañía Frito Lay:

El mundo de los comerciales de televisión, la millonaria inversión en producir mensajes audiovisuales que incentiven la compra, también millonaria, de productos de consumo, tóxicos e innecesarios, y ligarlos con los grandes eventos deportivos y musicales, ha evolucionado a tal grado, que ahora los spots televisivos, parecen ser más importantes, que los acontecimientos que supuestamente patrocinan. Aquí les dejamos el más sofisticado, evolucionado, enajenante, subliminal y reciente anuncio de Frito Lay. Lo protagoniza Anna Kendrick, lo que da la idea de frescura y jovialidad y liga el consumo de una gran variedad de tipos de botanas, con la Navidad del pandémico año del 2020. La música, digámoslo con franqueza, liga perfecto con los fines del anuncio. Kendrik, en lo que hace un lúcido y abrumador recorrido por toda la comida chatarra, canta el tema My favorite things, original de la película La Novicia Rebelde ( The Sound of Music / Director Robert Wise / EUA 1965 ), originalmente interpretado por Julie Andrews: 

#RestoreTheSnyderVerse,

Fernando Bañuelos Crítico de Cine,

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Crítico de Cine Fernando Bañuelos,